A LOS LIBERTINOS
Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Saint-Ange sea vuestro modelo; despreciad, a su ejemplo, todo lo que contraríe las divinas leyes del placer que la encadenaron toda su vida.
Muchachas demasiado tiempo contenidas en las ataduras absurdas y peligrosas de una virtud fantástica y de una religión repugnante, imitad a la ardiente Eugenia; destruid, pisotead, con su misma ligereza todos los ridículos preceptos inculcados por imbéciles padres.
Y a vosotros, amables disolutos, vosotros que desde la juventud no tenéis más frenos que el del deseo, ni más leyes que las de vuestros caprichos, que el cínico Dolmancé os sirva de ejemplo; id tan lejos como él, si a su semejanza queréis recorrer los caminos de flores que os prepara la lubricidad; convenceos con su enseñanza, ya que sólo ampliando la esfera de sus gustos y de sus fantasías y sacrificando todo a la voluptuosidad, el desgraciado individuo conocido bajo el nombre de hombre y arrojado a pesar suyo sobre este triste universo, puede lograr sembrar algunas rosas en las espinas de la vida.
Texto de La Filosofía en el Tocador . Marques de Sade (1795).-
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