jueves, 20 de agosto de 2009

A tu recibidor hazle cambios

Puedes darle un nuevo look a la entrada de tu casa, con sólo cambiar los complementos y el revestimiento de las paredes, le darás ese nuevo aire que deseas.
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Natural: Todos los matices de la madera

En este recibidor se ha elegido el blanco en forma de listones en la pared, y sobre esa base, se han dispuesto el resto de los elementos. Una consola de roble, de NF Asian, un espejo enmarcado, de India & Pacific, y un original perchero en forma de tronco. Sobre el suelo una mullida alfombra de lana, de Musgo, y las ventanas con un lino rayado de Gastón y Daniela. La delicadeza de las piezas de cerámica blanca y cristal completan el conjunto.



Rústico: El encanto de lo artesanal


Los muebles y complementos de fibras naturales evocan el sabor de lo tradicional por su aspecto tramado, casi tejido. Aquí, están presentes en la silla de mimbre (Teklassic), las cestas de ratán a modo de portavelas, y las maletas antiguas también de mimbre. La pared es otra protagonista de este recibidor, por los listones de madera pintado en verde manzana (Leroy Merlín) y también el papel con motivos florales en tonos verdosos, de Gastón y Daniela, que se completa con un colgador de madera y forja (Teklassic).



Etnico: Memorias de Oriente

Emplear piezas y objetos procedentes de otras culturas es una opción cada vez más popular en decoración. En este recibidor se ha tomado como base la paleta de los rojizos y tierras sobre un fondo neutro. Se han combinado una vasija antigua a modo de maceta y una talla de Bali (Teak-Kayú); una caja china lacada en rojo y un sombrero oriental; y distintos objetos de latón de inspiración árabe (en Azul-Tierra). La alfombra (Basarabian) en tonos anaranjados, por su parte, recuerda a un kilim.



Sofisticado: Con reflejos dorados

Los acabados pan de oro y pan de plata son tendencia esta temporada. En este recibidor, los reflejos dorados se multiplican gracias a los tres espejos antiguos que decoran la pared, revestida con un papel pintado a rayas (de Gastón y Daniela) que enmarca el recibidor y lo dota de verticalidad. Dos peanas del siglo XIX (de Mavi Lizán) transportan al barroco, mientras que la gran lámpara de pie (de Toca Fusta) recuerda una columna clásica. Los complementos de cristal, los libros antiguos y unos candelabros dorados hacen el resto.

Fuente: Revista El Mueble

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